En un café (Libre)

Se levanto esa mañana con un pequeño bostezo y un suspiro observando por la ventana como el día ya había comenzado. Se desperezó y se incorporó en la cama, apartando las mantas de encima de su cuerpo y se levanto de esta. Camino en ropa interior hasta la ducha.. Se desnudó por completo y se metió bajo la alcachofa de la ducha antes de activar el agua, permitiendo así que este se deslizase por su piel, calentando esta a su paso. Cerro los ojos mientras el agua empapaba su pelo y comenzó a enjabonarse el cuerpo y el cabello lentamente. Al terminar volvió a aclarar su cuerpo y cabello. Poco después salió de la ducha tras cerrar el agua y se colocó una toalla alrededor de la cintura. Se colocó frente al espejo y se agito levemente el cabello dejando este levemente alborotado. Apago la luz del baño al salir y entró a su dormitorio de nuevo. Se secó y quitó la toalla, se puso unos bóxer grises ajustados. Rebuscó en su armario por unos vaqueros negros y una camiseta ajustada negra. Se vistió, para después calzarse unas deportivas claras y salir de su cuarto antes de salir de casa cerrando la puerta a sus espaldas.
Caminó por la calle tras salir del portal, hasta un café que parecía agradable. Había muy poca gente por el local. Un empresario con su portátil y un periódico diario en su mano. También había un chico tomando un café o algo parecido y comía huevos revueltos con salchicha y tocino junto con unos waffles. También había una chica en la terraza, esbozó una sonrisa mínima al ver que la conocía de sobra. Estaba con unos papeles en su mano y una pluma, por lo que supuso que actualmente estaría escribiendo una redacción en el periódico. También estaba comiendo y tomando un café.
Se sentó a su lado saludándola de un modo bastante escueto y recatado, moviendo la cabeza levemente y llamando a la camarera nuevamente para pedirle un café con leche simple, sin nada más.
-Buenos días Rachel, ¿como estas?

Observo como ella observaba de ese modo el periódico, por lo que supuso que estaba leyendo un artículo más que horrible. Dado que su rostro y sus acciones daban a entender que era una chapuza, es más incluso tubo que dejarlo a un lado por culpa de que no era capaz de seguir leyendo, pues incluso le dañaba la vista leerlo durante mucho tiempo. Después la vio beber su café con algo más de tranquilidad. Sacudió la cabeza cuando la chica comenzó a fumarse un cigarrillo, algo que no le gustaba demasiado, ya que lo consideraba algo innecesario y dañino. Por lo que mientras se sentaba a su lado emitía con su rostro una pequeña mueca de desagrado por su acción, que ella también sabía que no soportaba en absoluto, además, le resultaba algo demasiado... "humano".

- Si, creo que eso ya lo he notado.- Esboza una sonrisa mínima, a penas imperceptible que aparece sobre su rostro.- ¿Tan horribles están para que pongas esas caras y gastes tanto boli en tachones?- Preguntó el en un tono un tanto irónico. Al poco la camarera le sirvió su café y lo dejo frente a el sobre la mesa.- La verdad es que me va bastante bien.- Sacudió la cabeza a modo de negación y reprimenda ante las palabras de ella.- Por supuesto que no, todos mis alumnos son geniales Rachel, no te preocupes, si la cosa cambia te llamaré.

Se dispuso a abrir el sobre de azúcar y verterlo por completo con cuidado sobre el café, para después arrugar el papel y tirarlo al cenicero. Después introdujo la cucharilla dentro del café y comenzó a revolver este lentamente, haciendo otra pequeña mueca ante la nueva calada que esta le dio.

-Rachel, ¿cuantas veces te he dicho ya que no me gusta que hagas eso?

Pudo percibir, por los gestos y palabras de Rachel cuando reacciono a lo que le comentó, que se había dado cuenta, ya que parecía un tanto olvidadiza respecto al modo en que debía tratar a Stephen. Deslizó, esperando a su respuesta, una mano hasta su cabeza, donde pasó un par de dedos por su cabello para colocar un mechon que había interferido en su campo visual colocándose delante de su ojo derecho y no se iba limitandose a soplarle. Después volvió a dejar las manos sobre la mesa silencioso, observando los movimientos de Rachel, como leia el periodico de nuevo y observaba la cantidad de tachones que había hecho en este algo que ciertamente, en ella, no resultaba para nada extraño.
-Bueno, no dudaba de eso. Supongo que te tocara enseñarles... ya sabes que la educación en este... país - Utilizó la palabra de un modo coloquial, para que ella notase que obviamente quería decir planeta.- no es demasiado buena, al menos no tan buena como lo es en el nuestro. Tampoco dudo que la experta en estas cosas eres tu Rachel.- Respondió a modo de cumplido observando a la chica, que nuevamente daba una calada a su insipido cigarrillo. -Quizá no sea tan mala idea, les hara bien tener a una eminencia entre sus filas, aun que sean las de alumnos.- Tomo la taza por el asa y la subió inclinandola ligeramente sobre sus labios para que el líquido se deslizase dentro de su boca y después por su garganta al tragar.- Muchas gracias.- Respondió y luego se encogió ligeramente de hombros ante su comentario sobre los alumnos. -La verdad es que no, al menos no me ha tocado ninguno de esos. Supongo que tiene mucho que ver con el que a la universidad uno suele ir a estudiar y no a "tocar los huevos al profesor". -Respondió con la misma analogía coloquial que ella había usado.- Muchas gracias de nuevo Rachel.

En su rostro apareció un pequeño atisbo de sonrisa, o al menos algo parecido a esto cuando la chica dejo de dar caladas a su cigarrillo y lo apago en el cenicero extrangulando este para extinguirlo. La miro levemente con un pequeño asentimiento, señal de que estaba de acuerdo con lo que acababa de hacer. Sabía que la verdadera Rachel había sido una fumadora compulsiba y posiblemente, si se hubiese atrevido, también habría consumido mil drogas más, aun que por suete no llego a hacerlo.

-Si, lo llaman adicción. Pero obviamente eso es algo común entre los indibiduos de esta cultura, algo imposible en la nuestra, te recuerdo. ¿Sabes cuanto tiempo llevas diciendo eso? Demasiado para no haberlo hecho ya.-Respondió el a modo de regañina antes de posar el vaso con el café en la mesa.

Off: perdona la tardanza :S

Stephen definitivamente sabía como hablar de las cosas sin involucrar nuestra naturaleza. A mi todavía me costaba un poco acostumbrarme al mundo terrestre y sin embargo contaba con una gran ayuda puesto a que la Rachel humana contaba con un gran vocabulario del cual sabía todos sus significados. Si una cosa me podía bastante era tener que formar parte de la sociedad terrestre porque, aunque me sabía superior no podía mostrarlo.
Stephen se acomodó el cabello y por muy extraño que sonara, me pareció que se veía muy atractivo a partir de ese momento, algo que no sucedía a menudo porque, vaya, Stephen era algo como mi protegido y sólamente eso. Solté un bufido y me mordí un labio para después afirmar con la cabeza.
- Sí, ya me tocará enseñarle a este... país. De cualquier manera posible.- dije con una sonrisa que rozaba lo macabro.
Todo el que me conocía tenía bien sabido que no guardaba mucha simpatía hacia la raza humana y no podía no manisfestarlo aún de maneras muy sutiles.
Al llamarme eminencia casi me provocó llegar a sonrosarme. No me consideraba una gradeza de persona pero en mi área me podía mover bastante bien.
La Universidad tal vez me daría la oportunidad de conocer otro tipo de personas. Ya estaba harta de la gente malhumorada del periódico que siempre me trataba como su maldita esclava. Sobre todo el Editor en jefe que intentaba algo más conmigo a pesar de que le había dejado muy en claro que era lesbiana, aunque obviamente se trataba de una mentira. Me alaré la garganta.
- Con eso de eminencia me he convencido un poco más de la idea.- dije para después morder el biscuit.
Tragué y luego sonreí por su comentario. Escucharlo usar el coloquio terrestre me provocaba ciertos gestos. Tomé la taza y la levanté como para hacer un brindis.
- Salud por eso.- sonreí y le di un sorbo a mi café, luego le guiñé un ojo. - Ya sabes, estoy aquí para protegerte.-

Dejar el cigarro. Esa era una historia tan vieja que seguramente Stephen no me la creería. La nicotina era nociva, eso lo sabía y sin embargo seguía fumando. Lo había dejado por casi una semana de no ser porque en una fiesta me ofrecieron uno y volví a las andadas. Miré a Stephen cuando dejé el cigarro en el cenicero. Su cara denotaba aprovación. Yo nadamás alcé ambas cejas cuando me reprendió.
- ¿Qué quieres que haga? ya sabes lo que dicen "los humanos cometemos errores" ¿no? Además, fumar es algo bastante común, me ayuda a socializar, si sabes a lo que me refiero.- dije en voz un poco más baja.
Era cierto. Fumar, beber... era parte de la cultura de este planeta. Si me veían con un cigarro alguien podía acercarse a pedirme uno y, probablemente, comenzaría una conversación que me podría ayudar mucho. Era prácticamente un arma de doble filo, por decirlo de alguna manera.